Desde la Federación de Mujeres Progresistas deseamos mostrar nuestra satisfacción por el grado de conocimiento que se tiene de la realidad en la que viven las mujeres inmigrantes con respecto a su salud. A través de una encuesta online de 10 preguntas lanzada durante un mes, enmarcada en el programa “Sentirse bien = Integrarse bien. Promoción de la Salud de las Mujeres Inmigrantes”, hemos podido constatar que cada vez es mayor el número de personas sensibilizadas con las consecuencias en la salud de las mujeres migradas.
De las 241 respuestas ofrecidas por profesionales del ámbito socio-sanitario, usuarias del propio programa que se desarrolla en Madrid, Salamanca y Valencia y por la ciudadanía en general, se desprende que todas esas personas reconocen la importancia de cuidar la salud en el ámbito bio-psico-social y entienden el efecto que la migración puede tener en su salud.
Un dato muy significativo es que el 79% sabe que el trabajo que desempeñan las mujeres inmigrantes
al ser en general poco cualificado y precario, debido a las dificultades para encontrar otros empleos y por la homologación de sus propias titulaciones; provoca aislamiento, desgaste psíquico y emocional. Otro es que el 84% ha contestado que las mujeres migradas postergan sus propios cuidados debido tanto a las presiones y dificultades económicas, laborales y personales como a cuestiones culturales y de género que les lleva a anteponer las necesidades de las demás personas por encima de las suyas.
A este respecto llama poderosamente la atención que un 96% de las personas que han contestado a la encuesta tengan tan asumido que las mujeres inmigrantes sólo acuden al centro de salud cuando ya es un caso grave, lo cual nos pone en aviso sobre la necesidad de continuar sensibilizando para que lo hagan ante los primeros síntomas y no cuando ya sea algo crónico.
Por otro lado, este dato nos obliga a replantearnos también si estamos haciendo todo lo posible para favorecer su acceso al sistema de salud.
Algunos de los resultados obtenidos son muy positivos. Afortunadamente, nadie considera que las mujeres inmigrantes no sufren violencia de género, es más, casi el 74% afirma que aunque todas las mujeres tienen el mismo riesgo de sufrir violencia de género por el hecho de serlo, el ser inmigrante añade otra vulnerabilidad de padecerla, lo cual indica que hay mayor concienciación y conocimiento sobre este problema de salud pública y de vulneración de los derechos humanos.
La realización de esta encuesta y los importantes datos que nos ha arrojado nos anima a seguir trabajando para y por la salud de las mujeres inmigrantes, entre otras acciones las llevadas a cabo en el programa Sentirse Bien: Integrarse Bien, financiado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social-Secretaría General de Inmigración y Emigración-Dirección General de Migraciones y el Fondo de Asilo, Migración e Integración.
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